¡Bienvenidos a Mi Mente 🙃 – ¡Qué Bueno Estar de Vuelta!
Muchas cosas han cambiado desde la última vez que escribí algo, y estoy emocionado de empezar a compartir más regularmente. ¿Por qué, te preguntarás? Tres razones simples:
Necesito ejercitar mi músculo de la escritura.
Escribir me ayuda a procesar la vida (y créeme, ha pasado mucho).
Estoy en una misión para dominar la disciplina.
Ejercitando el Músculo de la Escritura
Desde hace un tiempo, he estado siguiendo los principios estoicos, pero siempre he evitado el hábito de escribir en un diario—la esencia misma de la práctica estoica. Raro, ¿verdad? Amo leer, y escribir es como una terapia para mí, pero nunca lo he convertido en un hábito constante. Quizá profundicemos en eso en otro post.
Dominando la Disciplina
La disciplina es algo que estoy comprometido a dominar, y será el tema principal en la mayoría de lo que comparta aquí. Ya sea un volcado de ideas o un artículo más pulido, espera ver el término disciplina apareciendo una y otra vez.
Pongamos Expectativas…
Este espacio es donde compartiré mis pensamientos, experiencias y lo que estoy aprendiendo. Por ahora, no planeo monetizar esto—es valioso para mí, y espero que también lo sea para ti. Si esto crece y se convierte en algo más grande, ¿quién sabe? Tal vez lleve a colaboraciones, networking o incluso invertir en proyectos interesantes. Y si me paga un café (o una cerveza), no le diré que no 🙈.
No voy a estar inundando las redes sociales con esto—no es lo mío. Quizá veas algún post aquí y allá en LinkedIn, pero si disfrutas mi contenido, ¡no dudes en compartirlo por mí! Yo me enfocaré en escribir.
¿Por Qué Disciplina, y Por Qué Ahora?
¡Hora de una historia!
Soy el tipo de persona que le gusta adornar las historias cuando estoy con amigos, pero aquí voy a ser real. Desde la última vez que escribí—en septiembre de 2019, en español (¡mi lengua materna!)—han cambiado muchas cosas.
Aquí un resumen rápido de los últimos cinco años:
Compré un departamento.
Me comprometí.
Me casé.
Cambié de trabajo.
Compré una casa.
Me convertí en papá.
Cambié de trabajo otra vez.
Sí, ha sido un viaje. Nunca había experimentado tantos cambios en tan poco tiempo, y honestamente, al principio fue abrumador. Cuando compré mi primera propiedad, en lugar de celebrarlo, le dije a mi esposa: “¿Qué acabo de hacer?”
En 2019, toqué fondo con la ansiedad. Busqué ayuda en terapia y pasé por la Terapia Cognitivo Conductual (TCC), lo que me ayudó a retomar el control. Si estás lidiando con ansiedad o depresión, sé que hay una salida—y alguien que se preocupa. Si te sientes solo, mándame un mensaje haciendo clic en el botón de abajo. Te respaldo (solo no me vendas cosas 😅).
La ansiedad nunca desaparece por completo, pero he aprendido a manejarla, y he hecho las paces con eso. La TCC, el estoicismo y lecturas de budismo han sido clave para mantenerme con los pies en la tierra.
Disciplina en Acción
Mi mente siempre está llena de ideas, lo que hace difícil enfocarme y mantener buenos hábitos. Pero ahí es donde entra la disciplina. Estoy aprendiendo que no basta con saber algo, hay que vivirlo.
Encontré esta cita de Marco Aurelio que me impactó mucho:
"Debemos disciplinarnos en las cosas pequeñas, y a partir de estas progresar hacia cosas de mayor valor".
Me recordó la regla del 1%: mejora un 1% cada día, y después de un año, serás 37 veces mejor. La disciplina es clave para ese progreso.
¿Es fácil? No. Pero he empezado a notar cambios en las pequeñas cosas, y eso me da esperanza. Estoy convirtiéndome en la clase de persona a la que quiero que mis hijos admiren.
¡Veamos si puedo ser lo suficientemente disciplinado como para seguir escribiendo aquí con constancia (tal vez semanal o quincenalmente)! Solo el tiempo lo dirá.